Casi siempre que los papás buscan a un psicólogo infantil es porque tienen algún problema de conducta con su hijo. Se trata, generalmente, de niños que constantemente están desafiando a la autoridad, a los que se les dificulta obedecer reglas y permanecer dentro de los límites. Ante una situación como ésta, lo más común es que los papás se sienten rebasados y busquen la ayuda de un especialista.
En este tipo de casos, el éxito de la terapia depende en gran medida de cuánto se involucren los padres. Si logran tener plena confianza en el psicólogo y siguen los lineamientos establecidos en terapia, los problemas de conducta que presenta su hijo suelen solucionarse con relativa facilidad.
Por lo general, el procedimiento a seguir es el siguiente: se le pide a los papás que empiecen a hacer un registro de los momentos en que su hijo tiene una mala conducta, anotando, con la mayor precisión posible, detalles como el día y la hora en que ocurrió, el lugar, las personas que estaban presentes, la situación que detonó tal conducta, así como las acciones específicas del niño y la manera en que reaccionaron los padres u otras personas adultas que hayan estado presentes.
Una vez que el psicólogo cuenta con ese material lo analiza junto con los papás, con el fin de encontrar las razones por las que el niño está actuando de esa forma. A partir de este hallazgo, el especialista puede darles a los papás una serie de lineamientos sobre cómo manejar esas situaciones. Desde este momento, los resultados que se puedan llegar a obtener en terapia, dependen en gran medida de los ajustes que logren hacer los padres en el día a día, a fin de ir poniendo límites y modelando la conducta de sus hijos. Si lo hacen bien, es seguro que empezarán a ver buenos resultados muy pronto.
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